El Intocable

Durante décadas, el Poder Judicial en México ha sido una de las instituciones más cuestionadas por su falta de transparencia, sus privilegios excesivos y su desconexión con las necesidades del pueblo. Casos de corrupción, nepotismo y resoluciones a favor de intereses particulares han dejado claro que el sistema necesitaba un cambio profundo. La Reforma al Poder Judicial, impulsada por el presidente Andrés Manuel López Obrador, nace de esa necesidad histórica de limpiar y transformar una estructura que dejó de servir a la justicia para proteger a las élites. Desde su llegada al poder, AMLO ha insistido en que no puede haber justicia si los jueces, magistrados y ministros actúan al margen del pueblo. Por eso, esta reforma propone democratizar el Poder Judicial, eliminar privilegios, hacer que los cargos sean electos por voto popular y garantizar que las decisiones se tomen con base en el interés colectivo, no en el dinero o la influencia. Esta reforma no es un ataque al Poder Judicial, es una oportunidad de devolverle al pueblo lo que siempre debió ser suyo: una justicia justa. Porque un oaís con jueces corriptos no puede hablar de democracia.